Campillos. "El Internado". El colegio de San José (1973-1986)

Su director

Don José Macias era (y afortunadamente lo sigue siendo) un hombre alto y corpulento. De manos gruesas y grandes. Cara casi siempre enrojecida y nariz gruesa, marcada por hilillos de moradas varices. Gafas claras. Un Sagitario nacido en Tetuán (Marruecos) en 1929.

Su voz no casaba bien con su cuerpo grande de no menos de un metro ochenta de alto y cerca de los cien kilos de peso. Era metálica y algo chillona. Poco hablador, muy poco hablador. Yo siempre lo consideré un gran tímido. Sus conversaciones se reducían a un parco saludo y a unas escuetas respuestas a todo cuanto se le pudiera plantear. Pocos hablaban con el, y el hablaba con pocos. Muchos profesores le temían. Los alumnos también. Todos lo respetábamos.

El control de asistencia del profesorado lo marcaba él mismo, sin necesidad de anotaciones artilugios ni ayudas. Su sola presencia en el pasadizo ("el puente") por el que todos debíamos acceder a las aulas, bastaba y sobraba para que se procurara llegar con tiempo suficiente y nunca retrasarse.

Su medio de transporte: un vespino (Me cuentan que, mucho antes, fue una bicicleta...)

Pocos lujos se le conocían a una de las mayores fortunas de la zona y menos vicios. En horario de trabajo su bebida era, tal y como el la pedía, "un coca-cola". No falta quien lo califique de enorme bebedor, pero yo puedo afirmar que nunca lo vi en situaciones ni mucho menos extrañas y que, por el contrario, siempre lo vi serio, sobrio, formal y dedicado en pleno a su trabajo desde el amanecer hasta el anochecer.

Había levantado aquel colegio de la nada, con su trabajo y el de algunos colaboradores que le ayudaron en su incipiente Academia allá por los años cincuenta. Entre ellos, su fiel hermano Eloy y algunos de los maestros del Colegio Público de Campillos que "echaban" algunas horas en el colegio SAN JOSÉ y conseguían así un sobresueldo que redondeara el escaso de la enseñanza pública (en aquellos años no había problemas de incompatibilidades...). Imposible olvidar a Don Antonio Aguilar, paradigmático maestro de matemáticas en esos comienzos, que no llegué a conocer, pero del que todos hablaban maravillas.

Los éxitos del Colegio "San José" (Academia de Bachillerato) en los resultados académicos, muy especialmente en las famosas "Revalidas" le dieron nombre y renombre a este centro en toda la comarca y provincias limítrofes de Campillos, es decir, en toda Andalucía y, posteriormente, en el resto de España, norte de África, e incluso Sudamérica.

Queriéndolo o sin querer, y como consecuencia de su internado, dio a conocer el nombre del pueblo de Campillos en todas partes. Fue el responsable de la creación de muchos puestos de trabajo y de empresas que prosperaron al calor del colegio, sin embargo, curiosamente, nunca fue una persona querida ni estimada por la mayoría de sus convecinos tal y como se hubiese merecido. Campillos, reconocido por los propios oriundos, es un pueblo que recibe muy bien a quienes no tienen su origen en esa localidad, pero que siempre, y a pesar de los años que puedan pasar, los considerarán unos "forasteros".

Macias fue otro de los muchos forasteros que vinieron a vivir a ese pueblo.

Era hijo de guardia civil, de un brigada, muy posiblemente procedente de Melilla. Contrajo matrimonio con las hermanas Ana y María Martín, y digo hermanas, en plural, porque, al fallecer su primera mujer, se casó con la hermana de ésta.

Siempre fue respetado e, incluso, temido, pero no supo "hacerse querer" en el pueblo debido a algunos comportamientos abusivos con algunos de sus trabajadores. Por "miserias económicas" que no le llevarían más que a ser criticado por muchos y eso, a nivel de un pueblo, se traduce de inmediato, y a la larga, en no ser una persona tratada con cariño por ese pueblo. Si a todo esto unimos las envidias que provocaron sus enormes éxitos, y los problemas empresariales posteriores, el plato de la incomprensión está servido.

Sin lugar a dudas era un hombre excepcional, enormemente trabajador, que, desde sus inicios, y sin tener terminados unos estudios que lo acreditaran como tal, fue profesor de Francés, Matemáticas, Física y Química y de cualquier otra materia que se le plantara por delante y, nota curiosa, lo hacía muy bien. El título de Magisterio lo obtendría después.

Siempre le tuve una gran estima.

Durante los años en que trabajé a sus órdenes, siempre me permitió llevar a cabo todo cuanto creí conveniente para el desarrollo de mis clases facilitándome cuanto le solicitaba.

Su sistema pedagógico era cien por cien eficaz y se basaba en el consabido: "la letra, si es necesario, con sangre entra"...

En 1976 fue condecorado con la encomienda de ALFONSO X El Sabio.

Hizo sus pinitos en política apoyando a la UCD en la localidad, pero siempre "desde bambalinas", nunca en primera fila.

Creo que todos los que vivimos en Campillos, seamos "campilleros" o "forasteros" podemos coincidir en que Don José Macías, queriéndolo o sin querer, significó algo muy positivo para Campillos y su desarrollo como pueblo. Si esto es así, y pienso que nadie lo puede discutir ¿a que se espera para dar su nombre va una de las calles de esa localidad? Sinceramente, pienso que es mucho lo que Campillos le debe a este hombre y que se merece ese reconocimiento. Ahí queda la propuesta...

El director

PARTE DEL CLAUSTRO CON DON JOSÉ MACIAS EN PRIMER PLANO. CURSO 73/74 (De izquierda a derecha y empezando por arriba) FCO RODRIGUEZ, ANTONIO RODRIGUEZ, FCO CABALLERO, JOSE NAVARRO, FCO CEBALLOS, FCO ARJONA, FCO GARRIDO, ANTONIO BUJALDÓN, JOSE Mª MARÍN, ALEJANDRO, MANUEL DE GUZMÁN, TEODORO CUESTA, FERMIN CUESTA, BERNABÉ TORRES, JUAN GONZALEZ, MARTÍN GALLARDO, JIMENEZ CALISALVO, FCO CARBONERO, JOSE CARREGALO, ANTONIO SERRANO, JULIO DIEZ, JACOBO CASTRO, MIGUEL, BERNARDO, JOSE TORRES, JOSE MACIAS

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